miércoles, mayo 21, 2008

El naufragio


"Come with me my love, to the sea, the sea of love"

Voy por ahí creyéndolo todo, diciéndolo todo. Mis palabras rebotan en el mundo contra una pared que se me ha impuesto a mi y sólo a mi (después de todo las peores injusticias siempre tienen el color de la indiferencia). Un buen día dejaré de decirlo todo y me uniré al mar infinito, me absorberá como a un pez más. Me sumergiré hasta lo profundo, coleccionaré corales, jugaré con las algas. Nadaré tanto en el mar que en poco tiempo nos volveremos un solo cuerpo mujer y agua. Me derreteriré en el océano como un hielo se derrite en un vaso mundando. Entonces otro buen día también dejaré de creerlo todo y vendrá lo que tanto temo y veo en sueños: el naufragio.

martes, mayo 06, 2008

La noche que quiso ser día

El sueño que no llega, la ansiedad que crece y la habitación que se hace más pequeña. Los ojos ya se acostumbraron a la noche negra y se siente como si fuera de día. Su cuerpo se hunde en la cama y se siente incómoda, se vira a la derecha, luego a la izquierda, no encuentra el lugar preciso. Encoge todo el cuepo, su cabeza casi tocando las rodillas, se estira otra vez, se pone boca abajo, después boca arriba otra vez. Trata de recordar un momento agradable pero un pensamiento lleva al otro y de repente se encuentra asfixiada por las cosas que se dejaron de hacer y también por las cosas que se hicieron y mejor no se hubieran hecho. Las sábanas la enredan y la almohada se ponen muy dura, y después muy blanda y después se cae. Desesperación. La noche que se despedide, el sol que va saliendo, el sueño que no llega. Al fin llegó la noche.

domingo, mayo 04, 2008

Dualidad

Sutilmente me sumerjo en el lenguaje, primero el cuerpo, luego las ideas. Remojo los brazos y humedezco el pelo en el oscuro e infinito mar de cabezas. Las olas en formas inmesamente epidérmicas me van tumbando y yo me agarro de una pestaña que va flotando sola en un remolino de ojos.

Sutilmente me sumerjo en el lenguaje, primero las ideas y luego el cuerpo. Remojo los sentimientos y humedezco la razón en el oscuro e infinito mar de las letras. Las olas en formas inmesamente gramaticales me van tumbando y yo me agarro de una ortografía que va flotando sola en una remolino de esdrújulas.

Sutilmente me sumerjo en el lenguaje, sí, primero las ideas y luego el cuerpo.