miércoles, febrero 01, 2012

Mi escuela rara

P. D. En cuanto al conejo blanco, quizás convenga compararlo con
el universo entero. Los que vivimos aquí somos unos bichos
minúsculos que vivimos muy dentro de la piel del conejo. Pero
los filósofos intentan subirse por encima de uno de esos fines
pelillos para mirar a los ojos al gran prestidigitador.
¿Me sigues, Sofía? Continúa.


Con el Mundo de Sofía bajo el brazo. Socrátes, San Agustín, Nietzsche. La primera vez que nos trataron de explicar Marx en la clase de Sociología no entendimos nada. Disfrutamos viendo películas en un salón lleno de almohadones, junto a una profesora que mezclaba sus clases de literatura con cine. Leímos los primeros textos que nos interesaron de verdad. "Las manos que crecen", "El laberinto de Asterión", "Las cruces sobre el agua". Recuperamos el tiempo perdido luego de muchas malas profesora de literatura. Escribimos nuestras primeras producciones.

No estudiamos en un colegio común. Desde los cinco años entramos a un colegio que además de preocuparse por nuestra formación académica, nos convocaba a comprometernos con un determinado cambio social. Recuerdo estar junto a todos mis compañeros de segundo grado viendo la televisión: había un genocidio en Rwanda. La estábamos viendo. Una monja explicaba lo que sucedía. Veíamos en silencio. Queríamos mucho a las madres, pero también les teníamos un profundo respeto. Eso no significa que hayamos tenido una buena disciplina. Nos metimos en muchos problemas.

Éramos llamados a amar nuestro tiempo y a tratar de ser agentes de cambio. "He decidido entregarme, no prestarme" decía una frase tallada letra por letra en madera en la capilla. La educación decían, podía transformar la sociedad. Claro que era católico y de monjas, pero ellas parecían más bien la vertiente feminista de Movimiento para Sacerdotes del Tercer Mundo (ja!) que otra cosa. Hacían votos de pobreza y vivían muy cerca de la comunidad que ayudaban a desarrollar.

Durante dos años, una vez a la semana subía el cerro de Mapasingue junto con muchos otros compañeros para trabajar en las casas. Dábamos clases de apoyo escolar, algunos tuvieron la difícil tarea de alfabetizar  adultos, la mayoría madres solteras. El segundo año subí todos los viernes para dar clases de inglés en un centro que fue construído junto a la comunidad. De religión nunca se hablaba, eso me gustaba. Antes de empezar con las clases, almorzábamos en la cocina del centro los platos que nos preparaban algunas mujeres que eran nuestras alumnas. Cuando bajábamos del cerro, agotados, recojíamos nuestras cosas en nuestra base, la casa de las monjas, donde nuestros padres nos iban a buscar. 

La realidad estaba ahí, y nosotros estabámos viviéndola en esas comunidades. Creo que nuestra mente literalmente se expandía cada vez que íbamos al cerro. Quisiera tener fotos. Recuerdo haberme tomado una con unos niños que vivían solos porque sus padres habían migrado a España. Vivían sobre la tierra en una casa de caña. Cuatro literas de madera. Pero seguían siendo niños, o al menos eso parecía. 

Todas estas experiencias se magnificaron el año pasado cuando trabajé en un proyecto aplicado en una escuela media de Buenos Aires. Todo era muy distinto. Esta era una escuela tradicional. Empecé a sentir mucha nostalgia de mi colegio en Guayaquil, de los profesores que nos proponían actividades diferentes, de los trabajos personales de investigación, de los debates en clase, de la libertad para realizar proyectos creativos. Estos espacios de educación altenativa existen, y no en Suecia, sino aquí en latinoamérica, en Ecuador, en Argentina.

Hay grietas donde la innovación sucede. Espacios educativos que funcionan casi como laboratorios tratando de encontrar una respuesta para el sistema educativo de hoy. No hay una receta. Cada institución y cada comunidad son distintas. Nuestro proyecto fue uno de estos espacios, por suerte.

Disfruté muchísimo de mi recorrido en el colegio. Conocí a mis mejores amigos, algunos de ellos son las personas más brillantes que conozco. También existieron momentos de... verdadera locura.

jueves, mayo 26, 2011

¿Crees que hay un punto en el que el pasado y futuro se tocan?

"¿Crees que hay un punto en el que el pasado y futuro se tocan?" le pregunté.
Daniela estaba convencida de ser sólo un recuerdo. Tal vez su existencia pasada sólo sea, por ser evocada, creada, en este texto por sí mismo. ¿Me siguen? Es que tal vez este texto que está siendo escrito ahora, en este preciso momento, es el punto en el tiempo alrededor del cual su existencia se crea hacia dos lados, hacia el pasado y hacia el futuro. Como algo que explota en el medio de la nada y se dispara en dos direcciones, hacia atrás y hacia adelante.

martes, abril 19, 2011

La inundación

Y me aguanté tanto las ganas de llorar que las lágrimas se me empezaron a desparramar por dentro.

jueves, julio 29, 2010

Hoy me hicieron un rap

 Dani-ella

en un cuarto al láo
la veo salir, voláo
con decisión
transmite sus palabras
y si no te gustan, la opción
es que rápido te abras

martes, junio 29, 2010

Hechizo








- 7 rosas blancas 
- Agua de lluvia
- Ramas de canela
- Miel 
- Aceite de venus
- 3 velas blancas
- Una cinta roja
- Una manzana cocida

   
Un día antes de la luna llena, hierva los pétalos de 7 rosas blancas con agua de lluvia y ramas de  canela. Deje reposar una noche. Al día siguiente tome un baño y unte la infusión de los hombros hacia abajo dejándola secar, sin enjuagar. Piense todo el día en el ser amado. Por la noche, con la luna llena, unte con aceite de venus tres velas blancas. Calentando la base, pegará sobre una superficie lisa las tres velas, que atadas con una cinta roja formarán un corazón. Enciéndalas y deje que se consuman. Concéntrese en el ser amado y visualícelo rodeado de una luz blanca. ¡Ah! lo olvidaba, la manzana cocida... En realidad, la manzana es irrelevante para el fin que usted persigue, al igual que el resto del hechizo.

sábado, junio 19, 2010

Nostalgia clichetera.

Podría escribir de mis recuerdos de niña en la playa, con los pies llenos de sal y la boca llena de agua.
Podría hablar de mis juegos solitarios de hija única o de esa vez que cortaron el árbol de mango de la casa y comí hasta enfermarme... o de la primera vez que, con la ropa interior en los tobillos, me di cuenta que había manchado todo de sangre.
También podría escribir de los almuerzos con mi abuelo, tratando de convencernos a los dos de lo bueno que era estar viejo y cercano a la muerte.
Podría hablar de mis días en el colegio, cuando creíamos un verdadero acto de rebeldía abrir una botella en un parque y "filosofar". También podría hacer un poema sobre mi primer amor pseudo-punk, que por mi orgullo nunca supo que lo quise y hoy se sorprendería de verse llamado "el primer amor" de la autora.
O sobre tu compañía a lo largo de los años, amigo Bosie, incluso cuando ya casi no hablamos y estás a punto de irte a vivir muy lejos.
En fin, podría ser un post plagado de nostalgia, y no lo es, a la vez que sí.

lunes, junio 14, 2010



Fatiga Crónica 2

Suena la alarma. Esa alarma que te taladra la cabeza para recordarte que hoy tienes miles de cosas por hacer; las mismas que hiciste ayer, y las mismas que tal vez harás por el resto de tu vida. Las seis, siempre pensaste que era una linda hora, llegas a las 8 horas de sueño, y aún alcanzas a llegar a tiempo a la oficina. ¿Ducha o desayuno? ¿Ducha o desayuno? ¿Ducha o desayuno? Parece que afuera hace frío ¿Ducha o desayuno? ¿Ducha o desayuno? ¡ah! llueve, ¿quién se atrevería a juzgar a alguien que no llega bien arreglado a la oficina en un día lluvioso. ¿Desayuno? Miras la pantalla del celular que te informa que son las 6 y 7. Tienes suficiente tiempo para bañarte y también para hacerte un par de tostadas. Ducha Y desayuno. Muy bien, resolviste el primer dilema del día, ahora sólo te queda toda una vida por delante de toma decisiones, trabajo, cansancio y envejecimiento.

Fatiga Crónica 1

Suena la alarma. Esa alarma que pones solo para recordarte que hoy tampoco tienes nada que hacer. Las once, siempre pensaste que era una linda hora, sigue siendo de mañana, sin llegar a ser tan tarde como para generar sentimientos culposos. Mientras te das vueltas en la cama cae sobre ti el dilema: ¿Almuerzo o desayuno? ¿Almuerzo o desayuno? ¿Almuerzo o desayuno? Parece que afuera hace frío ¿Almuerzo o desayuno? ¿Almuerzo o desayuno? ¡Ah! llueve ¿Quién se atrevería a juzgar a alguien que se queda hasta tarde en la cama en un día lluvioso? Si cierras un buen rato los ojos puede que te vuelvas a dormir un par de horas más. Se te abren los párpados de golpe. Miras la pantalla luminosa del celular que te informa que son las 14.30. Almuerzo. Muy bien, resolviste el primer dilema del día, ahora sólo te queda encontrar alguna actividad que te canse lo suficiente como para poder dormir a la noche.

jueves, junio 10, 2010

Bloggera invitada: Yanina Naem "El Huevo"

El Huevo: ¿Qué es un huevo?
No es un vegetal, tampoco es una carne y mucho menos una legumbre. Tampoco es un lácteo aunque sea blanco, por eso decidí denominarlo como algo único, independiente, personal. Un amigo hasta de los vegetarianos que son ovolácteos….por eso mismo digo, los lácteos son muchos, pero el huevo.. el huevo es único.
¿Que se podría decir de un huevo, balnco e inmaculado , perfecto en su forma sin protuberancias ni defectos? Son todos iguales, no como los ajíes,  las lechugas y los pescados.

Preparativos Prenupciales



Ajústate bien el vestido, que el corset no te deje respirar y las carcajadas sean más bien femeninas y delicadas. Que la cola del vestido sea larga y tengas que pensar cada vez que des un paso, de manera que tu andar tenga clase.El dolor es la base de la disciplina.
Maquíllate cada pequeña imperfección del rostro, que tu cara parezca de porcelana, así nadie dudará de tu pureza. Agárrate bien el pelo en un rodete y sobre él coloca la vincha del velo. Es importante que te tape bien, así generarás expectativa en tus invitados, que estarán impacientes por ver el impecable trabajo de maquillaje realizado con tanto esmero.
No olvides usar algo regalado y algo prestado, aunque no creas en supersticiones, alrededor de estos artículos puedes crear temas de conversación en la fiesta de recepción.
Al partir la torta, no olvides dar solo un bocado, que no masticarás. Lo engullirás con una sonrisa coqueta, cuidando que no se te arruine el labial. No tomarás ni una sóla copa durante toda la noche, a excepción del brindis formal (el cual tomarás viendo a tu esposo con ojos de enamorada)... no sea que disfrutes mucho de este día.

Carta abierta




Lector:
Extraño perturbarte, revolverte el estómago, hacerte cosquillas en las tripas, ponerte los pelos de punta, provocarte arcadas, hacerte sentir incómodo. Vuelve a estas lineas íntimas, que también son tuyas, y deja que te lama otra vez los ojos.

Saludos cordiales,

La autora.

Romance is dead.

Esta fiebre - dijo el doctor - es de mal de amores.
Este diagnóstico - dijo la paciente - es de ignorantes.