Estábamos tratando de regresar a casa, José Miguel tenía 2 bebés que parecían prematuros en un coche. Caminando, perdidos, nos encontramos de repente en un campo militar rodeado de árboles, no podiamos ver las caras de los militares, ni siquiera sus cuerpos, sólo sus botas formadas en una fila perfecta.
Un grupo de sacerdotes y monjas pasaron a mi lado y entraron a una especie de capilla que habia en el cuartel, que era una especie de casa de caña, esas de campo. José miguel fue al baño con los bebés. Cuando bajó fue a buscar a alguien, algún militar que nos pudiera decir como llegar a casa. Lo vi de lejos preguntar por el Corenel, su apellido era Ramos, habíamos escuchado a unos soldados dirigirse a un tal Ramos con miedo. Yo lo veía desde el balcón de la oficina de caña, lo dejaron solo esperando. Bajé a preguntarle algo que me inqueteaba:
jueves, abril 30, 2009
miércoles, abril 15, 2009
Rito de Iniciación
Dos niños en un carro, él detrás del volante apenas podía agarrarlo, tenía que estirar mucho los pies para alcanzar los pedales y por el parabrisas solo asomaban algunos de sus rizos rubios. Ella se reía de su torpeza tapándose la boca y sus trenzas se alzaban con el viento que entraba por la ventana. Condujeron hasta llegar a un cuarto de hotel y ahí en la cama los niños jugaron un largo rato a verse desnudos antes de empezar a explorar sus cuerpos.
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