jueves, enero 29, 2009

miércoles, enero 28, 2009

La verdadera Garganta Profunda

El doctor me preguntó, después de examinarme la garganta, cuándo me habían sacado las amígdalas. Yo le dije que nunca. Mi madre, quién estaba al lado mio, lo reiteró diciendo que jamás me habían operado. El doctor consternado respondió:

- Te las tragaste entonces, eres la verdadera garganta profunda.

(Gracias Irene por tus extrañas anécdotas. Me alimentas para escribir, como la madre que alimenta con su seno al niño lactante.)

...

Mi yo adolescente que consideraba ya perdido, apareció hoy en la forma de un cráter gigante justo en medio de la frente.

domingo, enero 25, 2009

Aromas de Guayaquil

Cuando camino por las calles de los ceibos llego a oler el perfume de una flor, esa que las señoritas vulgares llaman "flor prostituta". Esa que sólo se abre en las noches.

sábado, enero 24, 2009

Ayer

Un Volkswagen rojo sirviéndonos de hogar.

Un teléfono en busca de una voz, cualquier voz.

Un manco queriendo alcanzarnos con las manos.

Deambulando por la ciudad, yendo a ninguna parte.

lunes, enero 19, 2009

El nacimiento


El caballo progenitor relinchaba de miedo en un rincón.
Irene padecía con las piernas abiertas, llena de dolor.
De sus entrañas asomaba la cabecita ensangrentada de un potrillo enredada en el cordón.
La cría nacía manchando todo de sangre alrededor.
Ya nacido y en pie fue en busca de un seno alimentador, el equino se saciaba con la leche que salía a caudales del pezón.
Lo que el potrillo no sabía es que su madre se había muerto en pleno nacimiento del horror, con la imágen espantosa de esa bestia que nacía de su interior.

La inundación

Y me aguanté tanto las ganas de llorar que las lágrimas se me empezaron a desparramar por dentro.

Pensamientos de Lady Welfare / Pensamientos de un petit pois


Después de estar todo el día bajo el edredón decidí tomar un baño. Nunca he sido muy ágil en superficies húmedas, pero agarrándome bien del lavamanos pude sumergirme en la tina, estaba llena hasta el borde con agua caliente. Mi cuerpo agitado se acomodaba en la bañera mientras la sopa se chorreaba por los bordes. Ahí en medio de los fideos estaba a gusto. Después de algún tiempo de inmersión me alzaron con una decidida cucharada. Me empecé a resbalar por la superficie plateada pero pronto recuperé el equilibrio. No vaya a ser que me muera como alguno de esos pobres nadies que se caen en la bañera. Yo preferiría morirme de una forma más…
- Ah! La soupe, elle est vraiment délicieuse.

martes, enero 13, 2009

El aguacero

Estaba cansada. Mamá y yo habíamos estado todo el día todo el día ocupadas en la recolección de los plátanos. Cuando terminamos, una ligera lluvia empapó toda la plantación, yo empecé a correr entre las matas sacando la lengua para tomar agua de lluvia. El viento pegaba muy fuerte sobre mi cuerpo, mi pelo se agitaba y me golpeaba la cara como latigazos. No podía seguir corriendo porque las mechas se me cruzaban frente a los ojos además de lastimarme las mejillas, entonces agarré un machete que estaba tirado en la tierra, me corte el pelo y seguí corriendo y bebiendo agua de lluvia hasta que el aguacero terminó.

martes, enero 06, 2009

Las Astillas

Juraría por Dios, si creyera en él (o Él con mayúscula como lo escriben los creyentes), que la casa se llenó de astillas. Estos pequeños abortos, residuos del palo y la espina se han calado en cada espacio de la casa. Al principio pensé que el perro las había traído consigo después de un día de revolcones en el campo. Mi asombro empezó cuando me di cuenta de que las astillas estaban en lugares a los que Kociancich no tiene acceso (estos son la cocina y el baño por cuestiones higiénicas e inspiracionales). Las astillas me han hincado todo el cuerpo pariendo puntos rojos que se asoman por la piel. Yo las acepto ya como parte de la casa, como esas lagartijas que se cuelan por los bordes de las puertas y después de unas semanas de tanto verlas uno las nombra Ignacio o Dorotea.