domingo, julio 15, 2012

Diarios


Hoy sería un buen día para empezar un diario. Abrir un cuaderno nuevo, tocar una hoja y sentir su textura densa entre los dedos. Tendría que ser un cuaderno de esos de tapa dura y hojas que parecen indestructibles, no tan blancas, no tan amarillas. Pasar una pluma de esas que tienen crema en lugar de tinta, y sentir como ruedan casi magicamente las palabras ¡Esa sensación! Ese plástico que sostienes entre tus manos parece ser sólo un canal por donde fluye tu lenguaje. Tu mente empieza a imprimirse entonces sobre las hojas, y eso, de alguna forma, te aterroriza ¿No tiene algo de definitorio, de determinante, de inamovible, escribir en un diario? Una única voz de tu memoria, ahora fija y permanente escrita en tinta. 

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