Estábamos tratando de regresar a casa, José Miguel tenía 2 bebés que parecían prematuros en un coche. Caminando, perdidos, nos encontramos de repente en un campo militar rodeado de árboles, no podiamos ver las caras de los militares, ni siquiera sus cuerpos, sólo sus botas formadas en una fila perfecta.
Un grupo de sacerdotes y monjas pasaron a mi lado y entraron a una especie de capilla que habia en el cuartel, que era una especie de casa de caña, esas de campo. José miguel fue al baño con los bebés. Cuando bajó fue a buscar a alguien, algún militar que nos pudiera decir como llegar a casa. Lo vi de lejos preguntar por el Corenel, su apellido era Ramos, habíamos escuchado a unos soldados dirigirse a un tal Ramos con miedo. Yo lo veía desde el balcón de la oficina de caña, lo dejaron solo esperando. Bajé a preguntarle algo que me inqueteaba:
jueves, abril 30, 2009
miércoles, abril 15, 2009
Rito de Iniciación
Dos niños en un carro, él detrás del volante apenas podía agarrarlo, tenía que estirar mucho los pies para alcanzar los pedales y por el parabrisas solo asomaban algunos de sus rizos rubios. Ella se reía de su torpeza tapándose la boca y sus trenzas se alzaban con el viento que entraba por la ventana. Condujeron hasta llegar a un cuarto de hotel y ahí en la cama los niños jugaron un largo rato a verse desnudos antes de empezar a explorar sus cuerpos.
sábado, febrero 21, 2009
martes, febrero 03, 2009
Infinito amor
domingo, febrero 01, 2009
Regeneración Urbana
Los truenos me despertaron. Por las paredes de mi cuarto corría el agua, imparable, como un torrente. Me refugié en la cama viendo como alrededor todo flotaba, mis libros, el televisor, mis zapatos gastados. En poco tiempo, la cama también empezó a flotar. Los cuadros se cayeron anunciando la hecatombe, luego las paredes se derrumbaron. Todo se hundía en el agua profunda, mezcla de alcantarilla, estero y porquería. En el gran mar inmundo, centenares de personas asustadas trataban no hundirse en ese Guayaquil flotante que ya no reconocían. Ahí en esa bocanada de furia del río salieron a la superficie todas las miserias, malaventuras y desdichas que la ciudad había intentando enterrar con cemento. Nos tragaron vivos.
jueves, enero 29, 2009
Muerte lenta
Una sanguijuela algodonada traga a sorbos la sangre que hay en mi, me seca poco a poco.
miércoles, enero 28, 2009
La verdadera Garganta Profunda
El doctor me preguntó, después de examinarme la garganta, cuándo me habían sacado las amígdalas. Yo le dije que nunca. Mi madre, quién estaba al lado mio, lo reiteró diciendo que jamás me habían operado. El doctor consternado respondió:
- Te las tragaste entonces, eres la verdadera garganta profunda.
(Gracias Irene por tus extrañas anécdotas. Me alimentas para escribir, como la madre que alimenta con su seno al niño lactante.)
- Te las tragaste entonces, eres la verdadera garganta profunda.
(Gracias Irene por tus extrañas anécdotas. Me alimentas para escribir, como la madre que alimenta con su seno al niño lactante.)
...
Mi yo adolescente que consideraba ya perdido, apareció hoy en la forma de un cráter gigante justo en medio de la frente.
domingo, enero 25, 2009
Aromas de Guayaquil
Cuando camino por las calles de los ceibos llego a oler el perfume de una flor, esa que las señoritas vulgares llaman "flor prostituta". Esa que sólo se abre en las noches.
sábado, enero 24, 2009
Ayer
Un Volkswagen rojo sirviéndonos de hogar.
Un teléfono en busca de una voz, cualquier voz.
Un manco queriendo alcanzarnos con las manos.
Deambulando por la ciudad, yendo a ninguna parte.
Un teléfono en busca de una voz, cualquier voz.
Un manco queriendo alcanzarnos con las manos.
Deambulando por la ciudad, yendo a ninguna parte.
lunes, enero 19, 2009
El nacimiento
El caballo progenitor relinchaba de miedo en un rincón.
Irene padecía con las piernas abiertas, llena de dolor.
De sus entrañas asomaba la cabecita ensangrentada de un potrillo enredada en el cordón.
La cría nacía manchando todo de sangre alrededor.
Ya nacido y en pie fue en busca de un seno alimentador, el equino se saciaba con la leche que salía a caudales del pezón.
Lo que el potrillo no sabía es que su madre se había muerto en pleno nacimiento del horror, con la imágen espantosa de esa bestia que nacía de su interior.
La inundación
Y me aguanté tanto las ganas de llorar que las lágrimas se me empezaron a desparramar por dentro.
Pensamientos de Lady Welfare / Pensamientos de un petit pois
Después de estar todo el día bajo el edredón decidí tomar un baño. Nunca he sido muy ágil en superficies húmedas, pero agarrándome bien del lavamanos pude sumergirme en la tina, estaba llena hasta el borde con agua caliente. Mi cuerpo agitado se acomodaba en la bañera mientras la sopa se chorreaba por los bordes. Ahí en medio de los fideos estaba a gusto. Después de algún tiempo de inmersión me alzaron con una decidida cucharada. Me empecé a resbalar por la superficie plateada pero pronto recuperé el equilibrio. No vaya a ser que me muera como alguno de esos pobres nadies que se caen en la bañera. Yo preferiría morirme de una forma más…
- Ah! La soupe, elle est vraiment délicieuse.
martes, enero 13, 2009
El aguacero
Estaba cansada. Mamá y yo habíamos estado todo el día todo el día ocupadas en la recolección de los plátanos. Cuando terminamos, una ligera lluvia empapó toda la plantación, yo empecé a correr entre las matas sacando la lengua para tomar agua de lluvia. El viento pegaba muy fuerte sobre mi cuerpo, mi pelo se agitaba y me golpeaba la cara como latigazos. No podía seguir corriendo porque las mechas se me cruzaban frente a los ojos además de lastimarme las mejillas, entonces agarré un machete que estaba tirado en la tierra, me corte el pelo y seguí corriendo y bebiendo agua de lluvia hasta que el aguacero terminó.
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